Pituitary adenomas are benign and slow-growing tumors originating in the cells of the adenohypophysis. We classify them as "Non-Functioning" tumors when they do not secrete any hormones and "Functioning" when they secrete biologically active hormones.
"Non-functioning" tumors generate symptoms due to the effect of mass on adjacent structures, such as partial loss of vision and double vision. "Functioning" tumors are responsible for acromegaly due to an increase in growth hormone and Cushing disease due to excess cortisol.
The first line treatment for functioning and non-functioning tumors is endoscopic endonasal surgical treatment, except for prolactinoma cases, for which the first option is medication.
The use of the endoscopic endonasal technique allows surgical treatment with an excellent view of the skull base which improves the surgeon`s ability to perform the resection.
Cushing's disease is caused by a pituitary adenoma that stimulates hypersecretion of endogenous cortisol. This clinical syndrome is typically characterized by abdominal obesity, a rounded face, muscle weakness, high blood pressure, diabetes and red wine-colored stretch marks. To perform the endocrinological diagnosis, we use specific laboratory tests and the pituitary microadenoma is usually detected by an MRI. The first line treatment is surgery, and we consider the second line treatment to be hormonal treatment and radiosurgery.
The high quality magnetic resonance images allow us to show small microadenomas. Then, thanks to the excellent view provided by the endoscopic surgical technique, we can perform effective and precise resections.
La acromegalia es una enfermedad causada por un adenoma hipofisario que secreta excesivamente Hormona de Crecimiento y estimula el aumento de factores de crecimiento periféricos como IGF-1.
Clínicamente se observa un crecimiento excesivo de los tejidos, aumento del tamaño de las manos y pies, aumento del volumen de la lengua y rasgos faciales típicos. Los pacientes se quejan de dolores articulares, síndrome de túnel carpiano bilateral, sudoración, cefalea y trastornos visuales. Se encuentran también cambios metabólicos importantes como Diabetes tipo 2 e Hipertensión arterial.
El diagnóstico endocrinológico se realiza con el dosaje de la Hormona de Crecimiento, la IGF-1 y la Curva de Tolerancia Oral a la Glucosa. Luego realizamos la Resonancia Magnética Nuclear para evidenciar el adenoma hipofisario responsable de la enfermedad.
El mejor tratamiento que podemos ofrecer es la resección quirúrgica, dependiendo de la ubicación del adenoma evaluamos la chance de curación bioquímica. Luego contamos con los tratamientos hormonales y radiocirugía para aquellos tumores residuales, recidivantes o agresivos.
Bajo éste término se conoce al infarto isquémico o hemorrágico de la glándula hipofisaria que se presenta con síntomas endocrinológicos y neurológicos agudos. La destrucción de la glándula genera alteraciones hormonales siendo el déficit de cortisol el que debemos suplementar de urgencia. El aumento rápido del contenido selar genera compresión de la vía óptica y del seno cavernoso generando disminución de la agudeza visual y visión doble. Cuando el déficit neurológico se establece en forma brusca y progresiva, la descompresión quirúrgica puede mejorar rápidamente los síntomas compresivos.
Podemos ejemplificar con un caso de una paciente en tratamiento crónico con anticoagulantes por una patología cardíaca, quién sufre un súbito dolor de cabeza acompañado de disminución de la agudeza visual y visión doble.
Los Adenoma Hipofisarios, son en su gran mayoría, tumores que se desarrollan en la silla turca y se extienden a la cisterna supraselar respetando barreras anatómicas normales. Podemos hallar en un porcentaje menor, adenomas que invaden estructuras vecinas sin respetar los límites regionales. Éstos tumores comienzan destruyendo los planos durales y óseos de la base de cráneo para conformar tumores agresivos localmente. Los sitios más frecuentemente alcanzados son: seno cavernoso, seno esfenoidal, clivus, base de cráneo anterior, cono orbitario, fosas nasales, senos etmoidales, fosa media, fosa infratemoral, etc…
Clínicamente se presentan por déficits hormonales, síntomas por compresión neural como déficit visual, visión doble, ptosis palpebral, síntomas por efecto de masa como obstrucción nasal, epistaxis, hiposmia o síntomas invasores como la fístula de líquido cefalorraquídeo.
Los estudios por imágenes demuestran tumores de la base de cráneo que invaden ya mencionadas regiones y se prestan al diagnostico diferencial con tumores agresivos de la base de cráneo como los carcinomas indiferenciados, estesioneuroblastomas, rabdomiosarcomas, linfomas, carcinoma neuroendócrino, tumores óseos de células gigantes, etc…
El tratamiento de elección de estos tumores, pese al gran volumen tumoral, es la resección endoscópica endonasal, ya que nos permite alcanzar todas las regiones nombradas por un único acceso, sin necesidad de realizar otra cirugía abierta.
Los adenomas hipofisarios, en su gran mayoría, son tumores benignos de crecimiento lento. El aumento gradual y paulatino del volumen tumoral hace que las estructuras neurales se vayan lateralizando lentamente pudiendo alcanzar diámetros mayores a 4cm, denominándose Adenomas Gigantes.
Clínicamente se presentan con alteraciones en los ejes hormonales y síntomas por efecto de masa como disminución de la agudeza visual, hemianopsias, amaurosis, visión doble, hidrocefalia, etc.
Actualmente, aunque los adenomas sean gigantes, el tratamiento de elección en más del 98% de los casos es el endoscópico endonasal extendido. Lógicamente requieren un abordaje más amplio a la base del cráneo, una resección extensa de la lesión voluminosa y una reconstrucción de la base debido al espacio que queda luego de la resección. El abordaje endoscópico endonasal continua siendo el más seguro cuando se compara con craneotomías abiertas, ya que no se expone el cerebro directamente y se realiza la resección del voluminoso tumor sin movilización del tejido cerebral.
Podemos ejemplificar con el caso de un paciente de 56 años con panhipopituitarismo y una franca disminución de la agudeza visual al cual se le diagnostica un tumor gigante hipofisario.